El Sevilla de Luis Fernando Muriel goleó al Krasnodar y clasificó a dieciseisavos de la Europa League
El Sevilla logró su clasificación a los dieciseisavos de final de la Europa League luego de vencer 3-0 al Krasnodar en la última jornada de la fase de grupos, que les da acceso
Los sevillistas, pentacampeones del torneo, solventaron su compromiso con dos goles del francés Wissam Ben Yedder, que lleva ya 18 en Europa con el club andaluz, en los diez primeros minutos, tras lo que el argentino Éver Banega redondeó la cuenta de penalti al inicio del segundo tiempo en un acción en la que fue expulsado el ecuatoriano Cristian Ramírez, lo que fue una losa para los rusos.
Al Sevilla sólo le valía ganar para no tener que mirar de reojo a lo que hiciera el Standard en Turquía y sacó su once tipo con dos cambios: el central luso Daniel Carriço y el medio Roque Mesa por el danés Simon Kjaer, con molestias, y Pablo Sarabia, sancionado, y de nuevo con el holandés Quincy Promes retrasado al carril derecho al empezar de suplente Jesús Navas, recién salido de una lesión.
Ante esta tesitura de jugarse el futuro a todo o nada tras una discreta fase de grupos, sobre todo fuera, el equipo español salió a por todas, a tope y con mucha intensidad, como si tuviera prisas por despejar incertidumbres ante un Krasnodar virtualmente clasificado, pues le servía perder 4-0 o por cinco goles de margen si marcaba.
Los andaluces ejercieron una gran presión y avisaron pronto con un cabezazo alto de Sergi Gómez en lo que fue el preludio del 1-0 al aprovechar a los 5 minutos Ben Yedder, el más listo de la ‘clase’, un craso error de los rusos en una arriesgada cesión a Kritsiuk.
El acelerado despeje del meta acabó con un rechace hacia su área del francés Kaboré que cazó el menudo punta galo, que no perdonó y llevó el delirio a la grada, alegría que aumentó sólo cinco minutos después al marcar Ben Yedder su decimotercer gol este año -6 en Europa- y lograr un 2-0 aún más tranquilizador para los suyos.
Un minuto antes, el Krasnodar, un equipo físico y con salidas rápidas, quiso reaccionar al primer golpe recibido, pero Ignatyev, tras un recorte en el área, no atinó por poco, si bien el Sevilla, que luego se adormiló y cedió terreno a su rival, también tuvo otra buena opción en un tiro de Escudero que despejó el portero ruso.
Su clara ventaja en el marcador restó brío a los sevillistas, que perdieron el control del juego ante el paso adelante dado por ‘los toros’, como es conocido este equipo del sur de Rusia, lo que, unido al cierto nerviosismo evidenciado por la zaga local, llevó a los rusos a hilar varios ataques en los que les faltó puntería.
Lo intentaron con remates con mucho sentido el espigado punta Ivan Ignatyev, a los 15 minutos, y ya cerca del descanso el sueco Viktor Claesson y el uruguayo Mauricio Pereyra, cuya salida desde el banquillo fue clave en el triunfo del Krasnodar (2-1) en Rusia.
El meta checo Tomas Vaclik resolvió con seguridad en los dos primeros disparos y Pereyra tiró fuera tras una dejada de Taboré.
En la reanudación, el guión se le puso aún mejor al Sevilla, que vivió con mayor placidez durante toda la segunda mitad.
En una de sus primeras acciones, en una contra conducida por el argentino Franco Vázquez, Ben Yedder, quién si no, recibió un pase en el área y su remate lo desvió Kritsiuk, pero su rechace lo remachó de cabeza el luso André Silva y el ecuatoriano Cristian Ramírez evitó el gol parando el balón con una mano bajo los palos.
Ramírez fue expulsado con roja directa y dejó a su equipo con diez cuando sólo se llevaban tres minutos del segundo tiempo, tras lo que el argentino Ever Banega convirtió el consiguiente penalti en el definitivo 3-0 a los 49 minutos, a pesar de que el meta ruso rozó el balón, lo que prácticamente hizo bajar los brazos al Krasnodar.
A partir de ahí, y pese a que su técnico Murad Musaev introdujo cambios, al igual que Machín para dar descanso a gente como Banega, Ben Yedder y André Silva y dar minutos a Jesús Navas, tras cinco partidos de baja por lesión, el choque decayó, ya no hubo ritmo y el Sevilla se dedicó a contemporizar y guardar su ventaja ante un cuadro ruso que no gozó de ninguna ocasión.
Los sevillistas tuvieron alguna llegada más, pudieron hacer el cuarto en un fuerte tiro lejano de Roque Mesa que salió fuera y, al final, sellaron su pase a los dieciseisavos sin ningún sufrimiento.