Uruguay se equivocó en defensa y lo pagó caro ante la selección de Corea del Sur
La selección de Uruguay se midió ante Corea del Sur y en un duelo de mucha intensidad, los charrúas pagaron caro un error a la hora de defender un tiro de esquina.
Los “reds” salieron de inicio como lo han venido haciendo desde la llegada de Paulo Bento al banquillo, enérgicos, ilusionados.
Por su parte, Uruguay dejó patente en el escenario asiático el cuajo de su plantel, especialmente en el primer tramo.
Los charrúas, con el largo viaje a la espalda, no se dejaron amilanar por el correoso arranque surcoreano y estuvieron firmes atrás, con Godín y Coates casi siempre bien colocados y al quite cuando se les exigió.
El cansancio acumulado en la segunda parte ayudó a deparar ocasiones más claras, como un zambombazo que Bentancur estampó en el travesaño surcoreano a la salida de un córner con una hora de partido transcurrido.
Justo después, el colegiado vio penalti de Coates sobre Hwang en otra de tantas aproximaciones atrompiconadas de los surcoreanos.
Muslera repelió la pena máxima de Son, pero nada pudo hacer ante el posterior golpeo del propio Hwang, muy atento al rechace.
Pero las tornas se equilibraron siete minutos después, cuando un desafortunado resbalón de Kim Young-gwon dejó solo en el flanco derecho del área a Torreira, que cedió para que Vecino anotara a puerta semivacía su segundo gol como internacional, dos años después del primero.
La Celeste pudo adelantarse a continuación por medio de Cavani, que al final se echó el balón muy largo tras superar la salida del guardameta Kim.
El error acabó costando, pues a falta de poco más de 10 minutos Jung Woo-young remachó a gol un rechace en el área chica tras -cosa rara en los charrúas- un córner mal defendido.
Con tan poco tiempo por delante y un estadio de la Copa del Mundo de Seúl eufórico, los de Paulo Bento supieron conservar la ventaja y sumar su segunda victoria en tres partidos con el portugués y la primera que logran jamás sobre Uruguay -en el que debutó Marcelo Saracchi-, tras ocho encuentros disputados.
A los sudamericanos la derrota se les antojó excesiva ante el escaso número de ocasiones concedidas, pero les recordó que los errores puntuales pueden costar un partido y, cada vez más, frente a rivales históricamente inferiores.