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CICLISMO: Tour 2018, un festín de sensaciones fuertes para los escaladores

La edición 2018 del Tour de Francia, cuyo recorrido fue presentado ayer en París, apuesta por los adoquines, con el mayor kilometraje en esa superficie desde 1980, y por explorar nuevos puertos, como el Portet, en Pirineos, y La Rosier en los Alpes.

El Portet será, además, la meta de una etapa de apenas 65 kilómetros, un formato inédito en el Tour desde hace más de 30 años para una jornada de alta montaña.

El Tour espera que con este recorrido pueda atenuar algo el poderío que los últimos años ha ejercido el equipo Sky, cuyo jefe de filas, Christopher Froome, aspira a lograr su quinta victoria e igualar a Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Indurain.

Desde su salida el 7 de julio de la isla de Noirmoutier, los ciclistas afrontarán 21 etapas con seis de alta montaña, tres llegadas en alto, una contrarreloj por equipos y otra individual, la víspera de la llegada triunfal a los Campos Elíseos el 29 de julio. Con una ‘crono’ por equipos en la tercera jornada de 35 km.

La etapa nueve discurrirá por sendas de la París-Roubaix, con 15 tramos adoquinados y un total de 21,7 km. sobre esa superficie, sinónimo de caídas y averías.

Tras una jornada de descanso el Tour afrontará los Alpes, con tres jornadas, dos de ellas con final en alto, en el inédito Rosière, 17,6 km. al 5,8 % de pendiente media, y en el clásico Alpe d’Huez, cuyas 21 curvas míticas se afrontarán tras haber pasado los también legendarios Madeleine y Croix de Fer.

Antes, los ciclistas habrán afrontado otra etapa que incluye otra cima nueva, Glières, y tramos que no están asfaltados.

Las emociones más fuertes en el Macizo Central llegarán en la meta en Mende, antes de afrontar los Pirineos, plato fuerte de la edición 2018, tres duras etapas, una de ellas con llegada en alto.

La etapa reina tendrá en esta edición solo 65 kilómetros, la distancia más corta en alta montaña en 30 años, pero serán de alto voltaje, con ascenso a Peyragudes, al Val Louron y, sobre todo, al desconocido Portet, definido por Prudhomme como “el nuevo Tourmalet”, cuya cima está a 2.215 metros, 100 metros más arriba que esa mítica montaña y techo de la edición.

Sus 16 kilómetros con una pendiente media del 8,7 % están llamados a entrar en la leyenda del Tour, que aun vivirá otra jornada pirenaica, con ascensos al Aspin, el auténtico Tourmalet y el Aubisque, cuya cima estará a 20 kilómetros de la meta de Laruns. 

El colombiano Nairo Quintana acudió ayer, por vez primera en su vida, a la presentación del Tour de Francia a París y aprovechó para disipar las dudas sobre su liderazgo en el equipo Movistar. “Está totalmente confirmado (que seré jefe de filas). Siempre ha sido así”, afirmó. Satisfecho con el recorrido de la próxima edición, sobre todo con las etapas pirenaicas que se disputarán por encima de los 2.000 metros, una altura donde él suele marcar diferencias, Quintana aseguró que se siente con capacidad de vencer a Froome. “Estoy convencido de que se le puede ganar. El problema que tenemos que acertar es hacer un calendario bueno y llegando con buenas piernas al Tour. Sabemos que tenemos que hacer un equipo fuerte como tienen otros equipos, para estar ahí ante cualquier circunstancia”, indicó.

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